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Carta personal

Trabajar con el arte de las terapias manuales no es nada fácil, requiere un elevado grado de intuición y vocación.

Uno no puede pretender ser terapeuta manual y transportista, mecánico o restaurador …… Nuestras herramientas de trabajo son las manos, limpias, suaves, fuertes, las que transmiten nuestra energía e intuición (sabiduría) para ayudar a resolver problemas a nivel muscular, tendones, ligamentos y articulaciones.

Yo mismo, era electricista mecánico, conocía las terapias manuales, pero nada hacía pensar que un día mi destino cambiaría radicalmente.

Un buen día fui a ver un señor del Perú que hacía Spinologia, y con su ayuda nunca he tenido más tortícolis.

Lo mejor fue cuando me comentó que quería enseñar Spinologia. Lo que pensé inmediatamente fue: «si él me ha ayudado a mí, por qué no puedo ayudar yo a la gente?» Así pues este señor del Perú se convirtió en mi primer maestro.

GRACIAS CHAMORRO

Durante mi primer año de formación compaginaba el trabajo con el aprendizaje de Spinologia, técnica basada en una reeducación vertebral. Pero cuando fue la hora decidí hacer el mejor cambio de mi vida, dejar todo para ser terapeuta manual.

De este cambio hace 17 años, en plena juventud, con mucho que aprender y mucho por dar, con muchos estudios, ayudando a muchísimas personas con dificultades, probablemente por culpa de malas posturas, lesiones recientes y antiguas, tensión en el trabajo, etc . Primero como spinologista, siguiendo como masajista, reflexólogo podal, especialista en drenaje linfático, naturopatía (sin ejercer como tal), siguiendo como técnico especialista en lesiones deportivas, y finalmente osteópata en sus 3 ramas más importantes: estructural, visceral y cráneo sacra, la panacea? No! Pero si que es el trabajo donde me identifico más, donde creo que puedo llegar a la madurez.

Finalmente dar las gracias por todos estos años a los pacientes que han dado un voto de confianza a mi trabajo.

Martí Puig Perdigó